Su utilidad originaria está ligada a la caza, por lo que sigue siendo una raza canina con cierta tendencia a seguir animales pequeños y que posee unos agudos sentidos del olfato y la vista.

No sabemos el origen concreto del shiba inu, sin embargo, en representaciones artísticas y en yacimientos arqueológicos del período Jōmon (14.000 al 300 antes de nuestra era) de Japón, tenemos evidencias de que ya existían perros pequeños de orejas erguidas y colas enroscadas que pueden asociarse al aspecto de esta raza actual.

A punto de extinguirse dos veces, una en el siglo XIX con la llegada de perros europeos a Japón que se cruzaron indiscriminadamente con los shiba inu, y otra durante la II Guerra Mundial, donde se produjo una terrible epidemia de moquillo canino que diezmó la población de perros en Japón, los shiba inu tardaron considerablemente, en comparación a otras razas, a ser conocidos fuera de sus fronteras. El primer shiba inu llevado a Estados Unidos fue en 1954. Y en Europa, los dos primeros machos llegaron en 1972 a Suecia.

Distantes con los extraños, inteligentes y sensibles

Su cara de zorro, su cola rizada sobre el lomo y un tamaño muy manejable, han convertido al shiba inu en una raza popular en todo el mundo en estas décadas. Es un perro con un carácter bien formado y poco ladradores, que se adaptan con facilidad a cualquier entorno. Son independientes y pueden tener una actitud distante o recelosa con extraños, y también pueden mostrar, como característica negativa, una naturaleza dominante con otros perros, por lo que requieren una correcta sociabilización y se recomienda la supervisión ante la convivencia con niños pequeños.

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A rasgos generales, los shiba inu se consideran una raza muy saludable y no hay enfermedades específicas ligadas a la raza, y en cuanto a su necesidad energética, es moderada, por lo que necesitan un ejercicio regular diario sin grandes exigencias.

Hay varias líneas shiba, más allá del estándar o típico que solemos ver por estas latitudes, dependiendo de su lugar de reproducción: el shiba inu de la prefectura de Nagano, el sanin shiba de la prefectura de Tottori y el mino shiba de Gifu.

Para ampliar información y contactar con un criador oficial de shiba inu que garantice las buenas prácticas de cría y entregue las pruebas de salud de sus perros, se puede acudir al Club Shiba Inu en España. Ellos mismos gestionan una bolsa de adopción de la raza, en caso de que haya algún ejemplar disponible, que no es habitual. Recomendamos, sin embargo, valorar la opción de una adopción responsable de perros en peores circunstancias y que necesitan una nueva oportunidad, como Susi, a quien presentamos a continuación.

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